Lo primero era hacernos con una furgoneta. Navegando por Internet encontré la empresa Surf Cars, creada por un alemán afincado en Cantabria que cuenta con furgonetas Volkswagen T3 Westfalia totalmente equipadas. ¡Son una pasada! Es cierto, son furgonetas antiguas, sin las comodidades que tienen las nuevas y hay que llenarse de paciencia a la hora de conducir, pero la sensación de llevar una furgoneta como esa no se puede comparar (en realidad esto me lo han chivado, porque yo, de momento, lo que es carnet de conducir no tengo).
Así que contacté con ellos y el servicio no pudo ser mejor: hablamos por teléfono y enseguida nos pusimos de acuerdo. El día eran 50 euros, y como el último cogíamos el avión a eso de la 3 de la tarde y hay que estar antes en el aeropuerto, esa mañana no nos la cobraron. Así que no podía ser mejor precio, por 50 euros/día, teníamos casa (con cocina, dato importante) y coche.
Además, te dan muchas facilidades: te recogen en el aeropuerto, de allí te llevan al local donde las tienen en el municipio de Muriedas, muy cerquita de Santander y del aeropuerto. Una vez allí, después de firmar el contrato, te explican el funcionamiento y la disposición de la furgo (armarios, cocina, cama…). Y tras esto, te dan una vuelta, conduciendo tú, para explicarte bien cómo hacerlo.