Segundas primeras veces
Hoy, en mi enésima visita a Instagram, he visto una publicación que decía que ahora podremos empezar a medir el tiempo en AC y DC (antes de la cuarentena y después de la cuarentena). Y ojalá nos pase y lo que antes de la cuarentena era “tenemos que vernos” se convierta, después de esta, en un día y una hora para hacerlo por fin. O aquellas (secretas) ganas de conocer a esa persona se conviertan en invitarle a algo la próxima vez que la veas.
Ojalá este tiempo nos llene de valentía, de ganas, de coraje, de arrojo para hacer todo aquello que nunca nos atrevimos, para cumplir todos esos objetivos que siempre nos dieron pereza y dejábamos para mañana. Ojalá nos enseñe que el mañana puede no llegar nunca o retrasarse demasiado tiempo y que las oportunidades pueden pasar por nuestras narices y, o las cogemos, o quizá nunca vuelvan.
Quiero creer que, cuando este tiempo en casa pase, querremos recuperarlo e incluso ir más allá y recuperar aquel que llevábamos años perdiendo y no nos habíamos dado cuenta hasta que el mundo se ha detenido y parece que haya dejado de girar.
Quiero creer que esto nos servirá, nos enseñará que lo que de verdad importa son esas pequeñas cosas de la vida de las que ahora hemos sido privados de un día para otro. Esas pequeñas cosas que dábamos por hecho que tendríamos siempre y, sin embargo, ha sido tan fácil quitarnos. Esas pequeñas cosas que nunca fueron pequeñas, en realidad eran enormes, solo que, tristemente, no lo sabíamos. Espero que recuperen el lugar que en nuestra lista de prioridades siempre han merecido.
Y, sobre todo, espero con muchísima ilusión las primeras veces después de la cuarentena. La primera vez que vuelvas a abrazar a tu mejor amiga. La primera visita a tus padres o abuelos. El primer beso a esa persona en la que estás pensando justo en este mismo momento. El primer sorbo de cerveza (y esta vez con el añadido de que te encantará) en una terracita al sol. Se nos está brindando la oportunidad de repetir esas primeras veces.
Seguramente no recuerdes exactamente el momento en el que conociste a tus amigos, cuándo fue que empezaste a considerarlos así, cuándo los abrazaste por primera vez. Y, ahora, puedes volver a vivir esa sensación que la vida te ha hecho olvidar. Y volver a tocar su timbre para visitarlos en sus casas por sorpresa y no a través de una videollamada. Y redescubrir que ese amigo anda demasiado rápido cuando paseáis o que enseguida le lloran los ojos al reír.
Y qué me dices de un segundo primer beso. Los que no estéis pasando la cuarentena con vuestra pareja o con esa persona “especial” daros cuenta que vais a poder volver a besar por primera vez. Y a oler su perfume y a tocarla, vais a tocar a esa persona por primera vez otra vez.
Y que se vuelvan a abrir las persianas de tu bar favorito y que sea como una inauguración. Todos compartiendo ese mismo sentimiento de estar viviendo algo que está pasando por primera vez. Y que se llenen las calles, las aceras y las plazas.
E ir a un concierto y escuchar a tu cantante favorito en directo y no por un directo de Instagram. Y bailar esa canción de reggaeton como si fuera la primera vez que la bailas, porque sí, porque está siendo la primera vez que la bailas con tus amigas después de la cuarentena.
Porque saldremos con ganas de abrazar, de besar, de sentir, de reír, también de llorar, pero, por fin, sobre ese hombro que tanto hemos echado de menos. Y lo mejor es que todas esas cosas serán segundas primeras veces.
M.