Roadtrip en busca de olas: del País Vasco a Hossegor.
Hace un par de años, volvimos a coger la furgoneta y nos fuimos a hacer un roadtrip con una temática bastante surfera. Fue un viaje nada preparado y, en un primer momento, tan solo teníamos claro que íbamos en dirección Zarautz, una de las playas del País Vasco a la que todo surfista o intento de ello, como es mi caso, tiene obligación de ir.
Así que, saliendo desde Teruel, nos fuimos dirección al País Vasco. Y, para que el viaje no se nos hiciera muy largo, nuestra primera parada para dormir fue en Pamplona.
1º DÍA: Pernocta en Pamplona
De este primer día no puedo decir mucho, puesto que llegamos bastante tarde, por lo que, tan solo buscamos un sitio en el que poder pasar la noche con la furgo.
Acabamos aparcando en un parking que está muy cerquita del casco antiguo de Pamplona, en el barrio de Arrotxapea. Hay que tener cuidado con esta zona pues hay como varios parkings y no todos son de acceso público. Hay uno de ellos que se llama Corralillos de Gas que es solo para residentes. Además hay una señal que pone que es zona inundable, por lo que si es época de lluvia es mejor no aparcar aquí. Una vez llegas allí, hay que fijarse muy bien en las señales y no aparcar en el que es para residentes, puesto que, sino, acabarás llevándote una buena multa.
Desde este parking para subir al centro, solo tienes que pasar el puente que cruza el río Arga y o bien subir con un ascensor que pusieron hace unos años o bien subir por la cuesta. Está muy bien situado y cerquita del centro o menos de 10 minutos. Para pasar una noche está genial, aunque no es el típico lugar bonito para pernoctar, pero es lo que tienen estos parkings que están dentro de las propias ciudades.
2º DÍA: Pamplona. Zarautz.
Este segundo día amanecíamos en Pamplona y decidimos pasar la mañana en esta ciudad para ver lo más destacado de su casco viejo.
Pamplona es la capital de Navarra y, aunque principalmente conocida por sus famosas fiestas de julio, los San Fermines, tiene mucho para ofrecer. Callejear por sus rúas y plazas del casco antiguo y disfrutar de su gastronomía con sus famosos pinchos es algo que no te debes perder.
Nosotros dormíamos, como ya he dicho, en uno de los parkings de la zona de Arrotxapea y para ir al centro cruzamos el puente del rió Arga y subimos por el ascensor y en nada estábamos ya en el casco antiguo de esta ciudad.
¿Qué ver en Pamplona en un día?
Como tan solo teníamos una mañana, nos centramos en el casco histórico.
- Lo mejor de esta parte de la ciudad es perderte por sus calles de origen medieval y disfrutar de sus edificios y sus balconadas de madera. Como toda ciudad medieval, estaba rodeada por una muralla que en algunas zonas todavía puede verse.
- El Ayuntamiento de estilos barroco y neoclásico y del que destaca especialmente su fachada. Desde la balconada central tiene lugar el chupinazo que da inicio de las famosas fiestas cada 6 de julio.
- Uno de los puntos más famosos es la calle Estefeta, por la que pasa uno de los tramos de los tan conocidos encierros de San Fermín. Además esta calle, junto a la de San Nicolás, es perfecta para tomar unos vinos o cañas acompañadas por sus riquísimos pinchos.
- Todas estas callejuelas que irás paseando y disfrutando salen de la Plaza del Castillo que es el centro neurálgico, de forma cuadrada y rodeada de bonitas casas de distintos colores del s. XVIII. Aquí encontrarás el famoso café Iruña donde Ernest Hemingway pasaba sus días escribiendo sus famosos libros como Fiesta, que hizo tan famosos los San Fermines por todo el mundo.
- La plaza de toros de Pamplona, la Monumental, es de las más grandes del mundo y especialmente conocida al ser donde terminan los famosos encierros.
- La Catedral de Santa María de Pamplona, aunque quizá no te llame especialmente la atención por fuera, tiene un interior que no debes dejar de ver. Es de estilo gótico y neoclásico.
- El Archivo general de Navarra es otro de los edificios más importantes de esta ciudad, además de ser de los más antiguos, del s. XII.
Si pasas más de una mañana en esta ciudad puedes completar tu visita de un día con:
- Iglesia de San Nicolás, del s. XII, que fue construida no solo con función eclesiástica, sino también como edifico de defensa de la ciudad. Está situada entre la plaza de San Nicolás, la calle de San Miguel y el Paseo de Sarasate y destaca principalmente por sus gruesos muros y su torre de vigilancia (solo queda una en pie de las tres que tenía).
- La Taconera es un espacio de unos 90.000 metros cuadrados sobre las murallas de la ciudad y que da acceso al casco antiguo por el puente de la Rochapea. Es el parque más antiguo y emblemático de la ciudad donde podrás encontrar antiguos portales, puertas, almenas…
- La Ciudadela es uno de los mejores edificios de arquitectura militar renacentista que se conserva. Está rodeada de praderas verdes llenas de árboles que se utilizan para distintas actividades de ocio de la ciudad.
Tras esta pequeña visita por el casco antiguo de Pamplona y haber disfrutado de sus famosos pinchos, volvimos a por la furgo, esta vez bajando la cuesta en lugar de por el ascensor, y nos pusimos rumbo a nuestra siguiente parada: Zarautz.
¿Qué ver en Zarautz en un día?
En la costa de Guipúzcoa se encuentra este pueblo vasco que cuenta con la playa más larga del País Vasco, de casi tres kilómetros de longitud, ideal para hacer surf, que al fin y el cabo, era nuestro plan. Esa primera tarde que pasamos en este pueblo la dedicamos principalmente a pasear por su paseo marítimo y disfrutar de su skate park.
De Zarautz podemos destacar varios puntos de interés:
- Palacio de Narros: del s. XVI, fue la residencia de verano de Isabel II convirtiendo así esta zona en destino turístico de la aristocracia.
- Por, supuesto, la playa: se le conoce como “La reina de las playas”, de 2,8 kilómetros de longitud. Perfecta para el surf y deportes acuáticos. En su tramo final está el Biotopo protegido de Iñurritza formado por dunas, marismas y un estuario con gran cantidad de especies de flora y fauna que puede verse desde una plataforma de madera.
- El paseo marítimo debes pasearlo sí o sí si vas a Zarautz. En él puedes encontrar tiendas de dedicadas al surf, restaurantes muy recomendados para comer (la gastronomía vasca es increíble), bonitas escultura de bronce y acero inoxidable típicas de la zona y, para terminar, el famoso restaurante de Karlos Argüiñano con una muy bonita terraza con vistas al mar.
- En el casco antiguo de Zarautz puedes ver la Iglesia de Santa María la Real de estilo gótico, en la que no te puedes perder el retablo de su interior y subir a su torre del campanario donde encontrarás el museo de arte e historia. En la plaza del Mercado podrás ver el Ayuntamiento declarado Monumento Histórico Artístico. Y, por último, la calle Nagusia, en la que están: la Torre Luzea del siglo XV, la Casa Makatza y el Mercado de Zarauz, hasta que llegas a la Plaza de la Música.
Para dormir con la furgo en Zarautz, es bastante difícil encontrar algo en el propio pueblo. En ese viaje no habíamos buscado sitio con adelanto, así que dando una vuelta por el pueblo, en la calle paralela a la playa encontramos una zona que no era de pago, no era zona azul, sino blanca, así que aparcamos allí. Nosotros íbamos con furgoneta que, en principio, cuenta como un turismo, pero no puedo asegurarte al 100% que no os digan algo por pernoctar allí. Nosotros al no levantar el techo ni acampar, obviamente, como tal, nadie nos dijo nada y pasamos esa noche allí.
Sin embargo, investigando por Internet, he encontrado un sitio bastante mejor para pasar la noche con furgo. No está en Zarautz, sino en Getaria, pero en 10 minutos estás aquí. Es un parking público al lado de la playa de Gastetape con unas vistas muy bonitas, lo único que no hay demasiados huecos para aparcar, así que imagino que en temporada alta será algo complicado conseguir sitio. Además es gratuito y tiene una fuente cerca.
3º DÍA: Surf en Zarautz. Bermeo. San Juan de Gaztelugatxe. Pernocta en Biarritz.
El tercer día amanecimos en Zarautz y, después de desayunar, nos fuimos directos al agua a hacer surf. El material lo alquilamos en Moor Surf Eskola y, básicamente, esa mañana, la pasamos surfeando y tomando el sol en la preciosa playa.
Después de una mañana de surf, tocaba una tarde de turismo. Llevábamos tiempo con la idea de visitar San Juan de Gaztelugatxe en la provincia de Vizcaya, a una horita y media de Zarautz y, como este viaje no lo teníamos nada preparado y viajábamos con la casa a cuestas, no nos importaban demasiado las distancias. Así que allí que nos fuimos.
Primero hicimos una pequeña parada en Bermeo, uno de los pueblos pesqueros más bonitos de esta zona y que además sigue viviendo, como sus antepasados, de la pesca y el mar. Y no solo es bonito por su núcleo urbano que se levanta sobre el viejo puerto de la ciudad, lo que le da un encanto muy particular por las bonitas casas de colores de los pescadores que hacen de este pueblo un rincón muy fotogénico. Sino que además este pueblo se encuentra en el interior de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, uno de los espacios naturales más salvajes y bonitos de la costa vasca.
Entre Bermeo y Bakio, se encuentra nuestro siguiente destino, que ya he ido anunciado: San Juan de Gaztelugatxe. A día de hoy, hay poca gente que no conozca este enclave increíble de la costa vasca. Pero San Juan de Gaztelugatxe es mucho más que el escenario de Juego de Tronos, es mucho más que Rocadragón.
Este rincón tan espectacular del mar Cantábrico está catalogado como Biotopo protegido. Se encuentra entre las localidades de costeras de Bakio y Bermeo en Bizkaia y está unido a la costa a través de un puente de piedra y más de 200 escalones, por lo que, realmente, es una construcción del hombre que convirtió una isla en península.
En lo alto se encuentra una ermita que, por desgracia, no es la original, ya que esta sufrió varios incendios y batallas, pues tuvo también su cometido defensivo. Ha sido escenario, además, de piratas, aquelarres y gran cantidad de leyendas. Las vistas desde aquí al mar son alucinantes.
Sobre este lugar, hay ya una entrada en el blog destinada exclusivamente a él, contando cómo llegar, cómo sacar las entradas, los distintos caminos (sobre todo, ahora, con la pandemia)… Así que os redirijo a esta entrada para que podáis informaros más sobre este extraordinario lugar: San Juan de Gaztelugatxe, mucho más que Rocadragón.
Una vez disfrutado de un atardecer increíble desde este lugar de la costa vasca que seguramente sea una de los rincones más bonitos que he visto en nuestro país nos pusimos a pensar en nuestro siguiente destino.
Justo para esas fechas se estaba disputando el campeonato del mundo de surf en Hossegor, Francia. Estábamos bastante lejos pero si teníamos en cuenta que era la primera vez que uno de los campeonatos de surf lo teníamos relativamente a mano y encima estábamos de viaje con la furgo al mismo tiempo, era una oportunidad que no podíamos rechazar.
Así que cogimos la furgo y a hacer kilómetros, la primera parada la haríamos para dormir en Biarritz, en el País Vasco Francés, con sus bonitas playas que ningún aficionado al surf debería perderse. Lo curioso de este lugar es el gran contraste entre el ambiente surfero (se ha llegado a considerar que el surf tuvo sus inicios en Europa en estas playas) y las bonitas casas burguesas y mansiones utilizadas por los más adinerados como residencias de verano, además de los balnearios de lujo (por sus conocidas aguas termales).
Para dormir, aparcamos en el aparcamiento de la Playa Milady. En esta playa, hay varios aparcamientos, en uno de ellos solo entran las furgos de menos de 2 metros, cuidado con ello, nosotros tuvimos algún que otro problemita técnico. Pero en el otro, si entras por el carril contrario no tendrás problema de altura. Y, sino, alrededor del propio parking, en las calles, había varias autocaravanas aparcadas. El sitio es perfecto, con unas vistas preciosas, con baños cerca y sorprendentemente muy limpios y también duchas, aunque supongo que solo estarán encendidas en los meses de temporada alta.
4º DÍA: Biarritz. Hossegor.
El último día, amanecimos en Biarritz y después de desayunar con unas bonitas vistas y dar un paseo por la playa Milady, donde habíamos aparcado y por la ciudad de Biarritz, pusimos rumbo a Hossegor donde estaba teniendo lugar el campeonato del mundo de surf.
¿Qué ver en Biarritz en un día?
Biarritz cuenta con varias playas, todas caracterizadas por la arena fina y la presencia de algas, lo que da yodo al agua y de ahí sus efectos beneficiosos para el cuerpo.
- Playa Miramar entre el faro y el Hôtel du Palais en la que no está permitida la práctica de surf.
- Playa Grande: la principal de la ciudad y la más famosa. Se encuentra en la zona más concurrida de Biarritz llena de bares, restaurantes, comercios… Como curiosidad, antes se le llamaba la “Côte des Fous” (costa de los locos) porque muchas personas con problemas de salud mental la visitaban por los beneficios de sus aguas. Se encuentra entre el Hôtel du Palais y el centro de congresos Bellevue.
- Playa Port Vieux: pequeña playa junto al puerto viejo, protegida del viento por lo que es ideal para el baño.
- Playa Côte des Basques: es la playa surfista por excelencia de la zona. Enmarcada por acantilados y, con marea alta, sin arena prácticamente, por lo que se accede y se sale por las rocas.
- Playa Marbella: prolongación de la anterior y bastante salvaje, muy popular entre los surfistas. Para acceder a ella hay que bajar muchas escaleras.
- La Plage Milady, en el extremo sur de Biarritz. De arena y grande, muy visitada por los locales, sobre todo por familias con niños. Tiene aparcamiento alrededor y un paseo a lo largo de la playa.
Si vas a Biarritz a pasar un día, no puedes perderte:
- Hôtel du Palais: Biarritz se empezó a convertir en un lugar conocido y turístico para las clases más altas cuando la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, lo descubrió y construyó este famoso y bonito palacio a la orilla del mar. Sin embargo, no llegó a terminarse antes de que esta dinastía cayera, por lo que fue embargado en un principio y convertido después en una hotel-casino de lujo frecuentado por las familias reales y burguesía europea. En 1903, se incendió y se reconstruyó y siguió siendo muy popular, aún incluso después de la primera guerra mundial. En los años veinte, Biarritz era considerada “la reina de las playas y la playa de los reyes”. Tras la segunda guerra mundial tuvo que cerrar y consiguió reabrirse con el tiempo con ayuda del alcalde. Hoy en día, sigue siendo símbolo de la ciudad y del lujo.
- Casino municipal, en el centro de la ciudad, de estilo art decó y otro de los principales símbolos de la ciudad.
- Puerto de los pescadores, aunque actualmente está más lleno de turistas que de pescadores, por lo que se ha llenado de restaurantes en las pintorescas casas de los antiguos pescadores con pescado de mucha calidad.
- Roca de la Virgen. Se construyó una estatua a la Virgen en esta roca por una leyenda que cuenta que unos pescadores se vieron inmersos en una tormenta y consiguieron llegar a tierra gracias a un rayo verde, lo cual se consideró un milagro obrado por la Virgen. Está conectada esta roca a tierra por un puente, el Puente Eiffel, mandado construir por Napoleón III a Gustave Eiffel, de ahí su nombre, el mismo arquitecto que el de la Torre Eiffle. Desde este puente, las vistas a la ciudad son preciosas.
- Puerto Viejo: el antiguo puerto donde nació esta ciudad como un pequeño pueblo pesquero. En este puerto atracaban los balleneros. Ahora encontrarás una pequeña playa muy tranquila.
- Faro: construido en 1834, tiene 74 metros de altura y está abierto al público, aunque hay que subir muchos escalones. Es un lugar ideal para ver atardecer.
- La Capilla Imperial: erigida en 1864 como capilla privada de Napoleón III y su familia. Tiene una mezcla de estilos romano-bizantino e hispano-morisco y está dedicada a la Virgen mejicana de Nuestra Señora de Guadalupe.
- Iglesia Ortodoxa: puede llamar la atención que haya alguna relación entre esta ciudad y la Iglesia Ortodoxa, pero la respuesta está en que la emperatriz Eugenia invitó a la nobleza rusa a pasar los veranos aquí. Y, en 1892, por la alianza entre Napoleón III y el zar Alejandro III, se construyó esta iglesia de estilo bizantino.
Campeonato del mundo de surf en Hossegor
Hossegor es una localidad al norte de lo que conocemos como el País Vasco Francés (sin pertenecer a esa zona) que sobre todo es conocida por ser un lugar ideal para el surf, siendo uno de los lugares donde se celebra el Campeonato mundial de surf dotándolo así de una ambiente muy surfero con escuelas, tiendas, bares… dedicados a este deporte, incluso muchas de las famosas marcas de ropa de este deporte tienen sede aquí como es el caso de Quicksilver, Roxi, Ripcurl… y, para Semana Santa, se montan unas carpas con la feria del outlet de ropa deportiva de Hossegor. Ha llegado a considerarse la capital del surf europea.
Teniendo en cuenta este panorama, una de las cosas de mayor valor aquí son las playas que tienen muchísimo encanto puesto que no han sido invadidas por un turismo masivo ni con construcciones a su alrededor, siguen siendo bastante salvajes, incluso en algunas de ellas se conservan las dunas naturales.
Como ya he dicho, esos días estaba teniendo lugar el campeonato mundial de surf en Hossegor, por lo que el ambiente era increíble. Te guste o no el surf, creo que son días para ir a hacer una visita a este municipio y disfrutar del lugar, del ambiente, de la fiesta, el surf, las tiendas… Y, además, lo bueno de esta competición aquí es que las olas rompen bastante cerca de la orilla por lo que se puede disfrutar de ella sin necesidad de prismáticos. Todo el mundo se aglomera en la arena y el ambiente que se crea es espectacular.
Actualmente, hay dos pruebas del campeonato del mundo de la World Surfing League en Europa: Quiksilver Pro France que se celebra en las Landas (normalmente en Hossegor) y el MEO Rip Curl Pro Portugal en Peniche. Esta zona de Las Landas, antes pantanosa, pero arreglada por Napoleón III, se convirtió en una arenal enorme, con dunas naturales y pinos y es ideal para surfear por la calidad de las olas y su potencia.
Para aparcar la cosa es complicada si vas en los días del campeonato, nosotros nos dejamos guiar por la gente y donde vimos que aparcaban allí que fuimos. Estaba todo más o menos organizado y no tardamos mucho en encontrar sitio, imagino que en otras fechas no habrá mayor problema para aparcar y tampoco para pernoctar en los parkings al lado de las playas. El ambiente fue muy chulo, todo lleno de gente surfeando, furgonetas…
Pero después de pasar el día disfrutando del campeonato, del ambiente del pueblo con sus tiendas y las carpas que habían montado de las diferentes marcas y tomarnos algo en una de las terrazas de la playa principal donde, además, habían colocado pantallas gigantes, era la hora de volver a casa. Se nos acababan los días de esta escapada y nos quedaban unas cuantas horas de vuelta a Teruel.
Y hasta aquí este road trip que giraba un poco en torno al mundo del surf y nos hizo ir desde el País Vasco (con una parada antes en Pamplona) hasta la costa francesa en Hossegor. Si tenéis alguna duda sobre qué hacer o visitar por este recorrido, no dudes en dejarme un comentario o contactar conmigo a través del cuadro de contacto de la página de inicio.
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M.