Gerona,  Viajes

Una escapada por la provincia de Gerona

En este verano raro de 2020, que nos está tocando vivir en mitad de una pandemia, las pequeñas escapadas nos están salvando a más de uno (siempre respetando las medidas de seguridad, distanciamiento, marcarilla… y, en todo caso, solo cuando sea seguro viajar y no haya ninguna recomendación de no hacerlo).

El último fin de semana de junio, nos fuimos unos amigos a hacer una visita a otro amigo que vive en Gerona y, como buen anfitrión, nos llevó a calitas, pueblos con encanto y muy buenos sitios para comer. Tan solo fuimos de viernes a domingo, pero aún con todas las horas que teníamos de coche desde Teruel, aprovechamos hasta el último minuto y vimos gran cantidad de sitios. 

DÍA 1. Gerona

El viernes, llegamos a Gerona a eso de las ocho de la tarde, así que tampoco nos daba tiempo a ver en profundidad esta ciudad que me encantó y me sorprendió a partes iguales. Pero aún así estuvimos dando una paseo por su casco histórico. 

¿Qué ver en Gerona en medio día?

El Barri Vell es el Casco Antiguo de Girona, donde si algo destaca es el entramado de callejuelas llenas de historia.  Aquí es donde se encuentran la mayor parte de los monumentos más característicos de la ciudad. Además, mientras callejeas por este barrio, podrás ir descubriendo la Muralla De Girona. 

  • La catedral de Gerona. Es el edificio más característico de la ciudad y, además, el más llamativo, puesto que se encuentra en una de las partes más altas de la ciudad por lo que se puede ver desde varios puntos. Es una mezcla de estilos, en la que destaca el Barroco por su fachada principal a la que accedes por una gran escalinata. 
  • La Basílica de Sant Feliu. Muy cerca de la Catedral está este otro templo, que mucha gente confunde con la primera. Destaca su campanario y su fachada gótica. 
  • Los Baños Árabes. A pesar de su nombres, son de construcción cristiana de estilo románico , siguiendo el esquema de los baños romanos, pero de inspiración musulmana. 
  • El Calla. Barrio Judío. En realidad, es una continuación del Barrio Vell, pero con la diferencia de que las calles se vuelven mucho más estrechas y laberínticas. 
  • Las Casas del Río Onyar y sus puentes. Como si de Amsterdam o Copenhague se tratara, descubrimos en esta ciudad de España este tipo de casas de colores a la orilla de un río, que son más propias de los países del norte de Europa. 
  • La Rambla de la Libertad y la Plaza del Vi. Plaza de la Independencia. Separadas por el río Onyar, se encuentran estos dos enclaves que forman el centro social de la ciudad. La Rambla de la Libertad es una calle peatonal con gran cantidad de comercios, restaurantes, bares… Al lado tenemos la Plaza del Vi, donde está el ayuntamiento, el teatro municipal y el palacio del general. Y cruzando el río, tenemos la Plaza de la Independencia presidida por una estatua en honor a los defensores de España durante la Guerra de la Independencia y llena también de bares y terrazas. 

Para cenar esa noche, fuimos a River Cafè Girona en el barrio Vell y cenamos en una de sus terrazas. Pedimos muchas cosas muy variadas para compartir y realmente cenamos de lujo. Calidad precio muy buena. 

DÍA 2. Cala d´Aigua Xelida. Calella de Palafrugell. Pals. Begur.

Nuestra idea para este día era madrugar mucho para ir prontito de calas, pero la euforia de reunirnos en Gerona nos llevó a que se nos complicara algo la noche anterior. Así que, aunque madrugamos, no conseguimos hacer marcha hasta mitad mañana. 

La idea inicial era ir a la cala de Aiguablava en Begur, pero, cuando llegamos allí, la cola para entrar con coche era kilométrica, así que, después de un rato, decidimos poner marcha a otra cala y fuimos a la cala d´Aigua Xelida en Tamariu y creo que fue un gran acierto. Al tratarse de una cala de rocas y no de arena, era más sencillo mantener la distancia entre la gente, cada uno estaba en su roca y la verdad que estuvimos muy cómodos. Nos pegamos toda la mañana allí e hicimos un medio picnic con sus correspondientes cervezas para comer. El día empezaba muy bien. 

A mitad tarde, nos pusimos rumbo a visitar varios pueblecitos de la Costa Brava. Comenzamos por Calella de Palafrugell, un pueblo precioso de pescadores con calles estrechas y casitas blancas, y varias calas preciosas. Estuvimos paseando por todo su paseo marítimo que tiene rincones muy bonitos, como una tramo que pasas por unos porches con arcos. Y tras un paseo, fuimos a una terraza Els Tres Pins, que es la terraza del Hotel La Torre, con unas vistas increíbles al mar para tomarnos algo.

Después, pusimos rumbo al pueblo medieval de Pals, con una casco histórico de estilo gótico muy bien conservado gracias a las grandes tareas de rehabilitación del siglo pasado. Dentro de este pueblecito, aunque lo ideal es ir descubriéndolo mientras te pierdes por sus calles de casas de piedra, destacan: Casa de la Cultura Ca la Pruna, la Plaza Mayor con el ayuntamiento y la oficina de turismo, la Iglesia de San Pedro y la torre del Homenaje.

Por último, nos fuimos hacia Begur, donde habíamos reservado para cenar en el restaurante Can Torra, muy recomendable también calidad precio, nos pusimos las botas, tanto de marisco como de carne, y salimos muy contentos.

Antes de cenar, estuvimos visitando este pueblo. Begur, además de tener preciosas calas, ya os he hablado antes de Aguiablava, es también un pueblo con mucho encanto. Lo mejor es ir paseando por sus calles peatonales y subir al castillo, que está encima de una colina, y que realmente no os lo podéis perder, las vistas son increíbles. 

DÍA 3. Besalú. Lago de Banyoles.

El domingo amanecimos con ganas de aprovechar el último día, así que por la mañana nos fuimos a nuestro primer destino del día: Besalú, otro pueblo medieval de la Costa Brava,  a 150 metros de altitud, en la comarca de La Garrotxa. Una de las mejores formas de visitar este pueblo es entrando al casco antiguo a través de su puente medieval, que es el monumento más emblemático de Besalú, puesto que es complicado encontrar un puente medieval tan bien conservado de esas dimensiones. Es un lugar realmente fotogénico. 

Una vez pasas la segunda puerta del puente, te adentras en un barrio del casco histórico con callejuelas muy estrechas que fue en su día el barrio judío, ahora lleno de tiendas de artesanía y souvenirs. Si sigues avanzando, llegarás a la plaza principal donde destaca la Iglesia de Sant Pere

Como era la hora del vermú, hicimos una paradita antes de comer en una terraza que hay frente al puente medieval que pertenece al restaurante buffet Castell de Besalú

Para comer, fuimos al restaurante Can Met, que está en el pueblo de Mieres, al que nuestro amigo nos quería llevar y claramente es la mayor recomendación del viaje para comer. Comida casera, bien de precio, riquísima, mucha cantidad y la dueña no puede ser más simpática y servicial. Un 10. 

Para llegar a Mieres desde Besalú, pasas por el lago de Banyoles, que será nuestra última parada, y atraviesas una carretera preciosa aunque con muchas curvas. 

Y, como he dicho, nuestra última parada antes de poner rumbo a casa, fue el Lago de Banyoles. Es el lago más grande de Cataluña y tiene un entorno muy bonito por el que pasear, nadar, remar… Nosotros estuvimos disfrutando de nuestros último momento en Gerona tomándonos un mojito en una terraza que está a las orillas del lago y que tiene unas vistas preciosas: Banys Vells

Y, así, terminaba nuestra pequeña escapada por la provincia de Gerona, sus calas y pueblecitos de la Costa Brava. Es un lugar para ir muchas más veces y me quedo con ganas de seguir descubriendo esta costa y también su interior, así que volveré antes o después. Ya sabes, para cualquier duda no dudes en dejarme un comentario o contactar conmigo a través del cuadro de contacto de la página de inicio. 

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Nos vemos en la siguiente postal.

M.

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